En una elección cerrada, voto en el extranjero es decisivo

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Para que fuera decisivo el voto de los mexicanos que se registraron en Estados Unidos para participar en la próxima elección presidencial, tendrían que participar aproximadamente 500 mil votantes, del millón y medio que tienen credencial de elector, estimó Xavier Medina Vidal, titular del Center for Mexican American Studies de la Universidad de Texas, en Arlington.

En Estados Unidos se registraron 226 mil 661 posibles votantes, según datos del Instituto Nacional Electoral, refirió en el foro “El voto mexicano en Estados Unidos: su peso en las elecciones de ambos países en 2024”, convocada por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN). El profesor e investigador recordó las cifras del voto de los mexicanos residentes en el extranjero, donde la mayoría de los sufragios proviene de Estados Unidos:

En los comicios de 2006, para sufragar se registraron 40 mil 876 mexicanos en la Unión Americana, de los cuales 31 mil 621 lo hicieron; para el de 2012 fueron 59 mil 115 y 40 mil 714, respectivamente; en 2018 la proporción fue 181 mil 873 y 98 mil 740, y para los del próximo 2 de junio se han anotado 226 mil 661.

En EE.UU. hay aproximadamente 36 millones de mexicanos legales. En Texas el 85 por ciento son latinos, es decir 9.6 millones de los 11 millones de habitantes, según el US Census Bureau. Dicha población tiene 40.2 por ciento de los votos, frente a 39.8 por ciento de los blancos no latinos. Ahí llaman “sleeping giant” al voto latino, lo describen de manera despectiva como una “comunidad no despierta”, debido a que aun siendo el grupo étnico más numeroso no cuenta con suficiente poder político.

Con una reforma migratoria podría contarse con 20 millones más de votantes, un crecimiento notable del electorado. Y con apertura a varios grupos étnicos, existirían 40 millones adicionales, eso lo sabe muy bien el Congreso estadounidense, por ello no la hay, ni la habrá.

En la política interna de Estados Unidos, tomando en cuenta el peso electoral en California y en Texas, los estados más grandes, prácticamente se “cancelan” el uno al otro, por las orientaciones políticas que el segundo estado tiene hacia los republicanos, y de California con los demócratas. Arizona y Nuevo México tienen menos influencia.