En terapia intensiva

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Las empresas en Yucatán están haciendo un enorme esfuerzo por operar en las condiciones de emergencia derivadas de la crisis sanitaria.

Desde Coparmex Mérida lanzan un aviso sobre la necesidad de proteger a toda costa la economía que queda para evitar el colapso. “No podemos darnos el lujo de un deterioro adicional al inmenso daño que ya tenemos hoy”, advierte en un reporte.

El informe, elaborado por el Centro para la Competitividad de Yucatán (CCY) a partir de los resultados de una encuesta a socios del sindicato patronal, revela que ocho de cada 10 empresas yucatecas siguen abiertas “de milagro”.

Y es que, como se ha señalado, la economía de Yucatán es una de las más desabrigadas frente a la crisis, ya que los sectores de más peso en su aparato productivo son los más vulnerables al confinamiento: el comercio y los servicios.

Con alfileres

El daño que la crisis del coronavirus ha infligido a la economía yucateca ha provocado que solamente 21% esté trabajando como lo hacía antes de que estallara la pandemia.

Del porcentaje restante, 6% ya claudicó; 29% está cerrado, pero sus colaboradores están haciendo “home office”, y 44% opera parcialmente.

Desplome de las ventas

Amenoffis Acosta Ríos, vicepresidente de Coparmex y director del CCY, confiesa que le provocó escalofríos el dato siguiente: 60% de las empresas locales sobrevive con menos del 50% de sus ingresos. Y otro 26% con caídas del 30 al 40%“No me imaginaba que la situación fuera tan dramática”, admite.

“Cabe recordar, porque a las autoridades y a mucha gente se le olvida, que, como enseñan en las escuelas de administración, una empresa tiene un margen operativo del 20%. Con sólo la mitad de sus ventas no hay manera de que esté en números negros”.

Este dato muestra claramente lo complicada que está la situación, agrega. Todas las empresas yucatecas están perdiendo dinero. Así de simple.

Falta de apoyo

A juicio del director del CCY, las empresas están resistiendo porque le apuestan al futuro de Yucatán. “Pero es un mérito suyo exclusivamente, porque carecen de apoyo federal”.

“No es posible que el gobierno de la república ignore esta situación tan dolorosa. Muchos empresarios están luchando por mantenerse a flote más para conservar empleos que por generar utilidades. Esa es la realidad”, asegura.

Por eso es intolerable, continúa, el discurso perverso del gobierno federal, que todos los días echa lodo sobre los empresarios. No puede ser, la realidad es otra completamente y hay que decirlo.

En datos como éste tiene su origen la propuesta “Remedios Solidarios” presentada por Coparmex nacional y que contempla “salarios solidarios”, “seguro de desempleo solidario” y “bono solidario” para incentivar la contratación, interviene Eduardo Espinosa Corona, director de Coparmex Mérida.

“Salario solidario” tiene como propósito que las empresas puedan seguir operando al descargar un poco el peso de la nómina con apoyo gubernamental. El objetivo a fin de cuentas es mantener las fuentes de empleo, explica.

“Seguro solidario” busca proteger a quienes, lamentablemente, pierden su trabajo porque hay empresas que no pueden aguantar. La intención es que esa gente no se “quede en la calle”, que tenga dinero para cubrir sus gastos básicos y a la vez siga moviéndose la economía.

Y la propuesta “Bono solidario” consiste en incentivos del gobierno federal a las empresas para que contraten gente. “Estamos en un panorama en que si alguien pierde su trabajo es muy difícil que consiga otro. Los negocios difícilmente pueden contratar más personal. Para eso está este “bono solidario’”, señala Espinosa.

El gobierno federal tiene que reaccionar y brindar apoyo al sector productivo, como lo están haciendo todos los gobiernos del mundo, prosigue. De allí el llamado de Coparmex nacional y sus 75 centros empresariales.

“La propuesta de Coparmex vale 1.1% del PIB. ¿Esto es mucho o poco? Bueno, todos los apoyos gubernamentales del Covid —sumados los federales, estatales y municipales— equivalen al 0.7% de esa variable”, tercia Amenoffis. “Vamos a suponer que finalmente el gobierno acepta la sugerencia, tendríamos alrededor del 2%…”.

“En el mundo, el apoyo de los gobiernos a sus economías y empresas es del orden del 11% de su PIB, en los países desarrollados —como Alemania, Francia o Estados Unidos— llega al 30%. Perú y Costa Rica están apoyando 12 veces más a sus empresas que México”, señala.

“En conclusión, las empresas yucatecas y sus trabajadores están solos en esta lucha”.

Han sido 140 días de pandemia, más los que faltan, dice. Si la situación se pusiera en pesos, el número sería escandaloso.

Y a pesar de que el 80% de los empresarios yucatecos ha sufrido la caída de su negocio, la mitad no ha despedido a una sola persona. “Es un dato contundente”, comenta Amenoffis.

El gobernador Mauricio Vila Dosal ha dicho varias veces que la crisis destruirá 80,000 puestos de trabajo. Sin embargo, según el IMSS se han en perdido solamente 19,000 en lo que llevamos de pandemia. “¿Por qué esa diferencia? Porque los empresarios están aguantando, por eso el ritmo de despidos no es el mismo que el de la caída de las ventas”, apunta.

El 49% de las empresas locales mantiene intacta su plantilla laboral y otro 24% ha logrado conservar al 80% de sus colaboradores.

El 9% ha registrado 40% de bajas; 10.5%, 60%, y el 7.5% no ha resistido la situación y ha prescindido del 80% de su personal, de acuerdo con el sondeo.

“Esto es una evidencia del compromiso y la responsabilidad social del socio de Coparmex”, hace notar Espinosa. “No quiero decir que los demás no estén haciendo lo mismo, pero este estudio prueba que los socios entienden la problemática y están esforzándose para salir adelante sin tener que sacrificar su plantilla laboral. Es un testimonio de su compromiso con los colaboradores y sus familias y con Yucatán”.

Al filo de la navaja

El sondeo también desvela que el 65% de las empresas ve como algo real el riesgo del cierre definitivo, algunos como una posibilidad cercana (6.1% lo considera inminente).

El 34.8% dijo que ya entendió cómo va lo de la pandemia y cree que su negocio está fuera de peligro, no necesariamente en números negros, pero sí con lo necesario para seguir operando.

“Algunas empresas socialmente responsables y con capacidad económica incluso están apoyando a sus proveedores con ofrecimientos como colocar un pedido, aunque en estos momentos no lo necesiten, para evitar que su cadena de suministro se vea afectada”, revela Amenoffis.

“Esa responsabilidad social no se ve en el ánimo gubernamental. Para la administración de López Obrador, que cierren las empresas que tengan que cerrar. Le falta sensibilidad y entendimiento sobre la importancia estratégica de mantener las fuentes de trabajo”, dice.

Expectativas de futuro

Una de las variables que más ha resentido el impacto de la crisis ha sido el optimismo empresarial, confirma la encuesta. Hasta hace unos meses, como se indicó en el reportaje anterior, el sector privado yucateco eran de los que tenían más esperanzas en el porvenir. Hoy, el 65% se declara pesimista y cree que las cosas seguirán igual e incluso peor.

Con todo, el porcentaje que se declara optimista, 35%, es mayor que lo esperado por Amenoffis. “Creen que ya tocamos fondo y que, por tanto, viene ahora el rebote hacia arriba, aunque sea poco a poco. Sorprende ese porcentaje, que no es pequeño, de gente positiva”.

Conclusiones

Como conclusión, el informe del CCY señala que Yucatán tiene ante sí cuatro grandes retos estratégicos:

1. Continuar trabajando de manera coordinada para mitigar el riesgo a la salud y contener al Covid-19.

2.Aunque la salud es primero, indudablemente, es necesario proteger a toda costa la economía que nos queda, no podemos darnos el lujo de un deterioro adicional al inmenso daño que ya tenemos hoy.

3. Necesitamos una participación social decidida, disciplinada y volcada en colaborar para que todos los retos se afronten en unidad. Todos tenemos que poner de nuestra parte.

4. No perder el rumbo. La pandemia no debe generar que olvidemos todos los demás proyectos. Debemos tener agenda más allá del Covid-19.

“Una de las cosas que más celebro es que la sociedad yucateca no ha caído en el juego perverso de buenos contra malos, no se ha dividido. Y esa unidad es la que necesitamos para salir de esta crisis sanitaria, económica y social”, apostilla el director del CCY.

“Eso sí, tenemos que aplicarnos. No debemos recibir otro regaño como el de hace unas semanas, cuando el gobernador nos llamó la atención por nuestra falta responsabilidad y no hacer bien las cosas”.

Está muy claro todo, apunta Fernando Ponce Díaz, presidente de Coparmex. “La clave está en darnos cuenta que la situación no va a mejorar pronto, más en Yucatán que, como hemos visto, es uno de los estados que está sufriendo más los efectos de la epidemia”.

“Tenemos que manejar bien las cosas para salir lo más rápido posible. Por último, no debemos permitir que esto se politice, como está ocurriendo. Los intereses de unos cuantos políticos están estorbando la toma de decisiones, lo que no es bueno para nadie”, concluye.