Esposa de “El Huachibom” también oculta millonario patrimonio

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La carrera política de Joaquín Díaz Mena (a) “El Huachibom”, candidato de Morena a la gubernatura de Yucatán, ha estado marcada por la corrupción y el tráfico de influencias. Ahora, su esposa, Wendy Méndez Naal, es el foco de atención, pues forma parte de esa red de privilegios y omisiones.

Desde el año 2001, cuando Díaz Mena brincó del PRI al  Partido Acción Nacional (PAN), ha mantenido una plaza de docente en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) sin dar clases: un vulgar aviador. Gracias a influencias políticas, primero del PAN y ahora de Morena, ha percibido un sueldo sin trabajar durante casi 24 años. Díaz Mena cobra un salario de aproximadamente 12 mil pesos al mes, además de beneficios por antigüedad y otros incentivos, todo esto sin cumplir con sus responsabilidades docentes.

Las investigaciones revelan que Díaz Mena dejó de dar clases en el año 2001 para hacer campaña por la alcaldía de San Felipe, y tras ganar, perpetuó su licencia con el apoyo del entonces gobernador Patricio Patrón Laviada y la secretaria de Educación Carmen Zita Solís Robledo. Desde entonces, ha ocupado diversos cargos políticos, beneficiándose del sistema educativo sin regresar a sus funciones originales.

El escándalo se amplía con la participación de su esposa, Wendy Méndez Naal. Durante el gobierno de Felipe Calderón, Díaz Mena fue nombrado delegado de la Secretaría de Educación en Yucatán, y aprovechó su posición para asegurar una plaza de categoría C para Méndez Naal. En 2018, cuando Díaz Mena pasó a Morena, ella recibió una comisión en un sindicato magisterial con el 100% de su sueldo y prestaciones, lo que le permitió hacer campaña junto a su esposo sin cumplir con sus deberes laborales.

A pesar de ser servidora pública, Wendy Méndez Naal no ha cumplido con la obligación de rendir su declaración patrimonial, tal como lo establece la Ley 3 de 3 para servidores públicos. En el portal Declanet, su información no aparece, lo que sugiere un intento deliberado de ocultar sus bienes y propiedades. Su esposo también ha sido acusado de esconder propiedades y desviar recursos. En su declaración patrimonial, Díaz Mena afirmó que solo posee una casa de 250 metros cuadrados, a pesar de evidencias de que ha adquirido al menos tres ranchos y un departamento con un valor total de 47 millones de pesos en los últimos cinco años.

Además, Díaz Mena ha sido descubierto mintiendo sobre sus ingresos como delegado de la Secretaría del Bienestar. En su última declaración patrimonial del 11 de noviembre de 2023, reportó ingresos mensuales de 87 mil 368 pesos, pero investigaciones muestran que su sueldo real era de 146 mil 376 pesos brutos mensuales. Esta discrepancia significa que ocultó un total de 342 mil 071 pesos al año durante los cinco años que ocupó el cargo, sumando 1 millón 710 mil 355 pesos no reportados.

Este comportamiento no solo representa una traición a la confianza pública, sino que también revela una red de corrupción y privilegios que ha beneficiado a Díaz Mena y a su esposa durante años. La ciudadanía exige transparencia y rendición de cuentas, y que se tomen medidas para evitar que estos abusos de poder continúen.