MÉRIDA (Enero 21, 2019).- El Instituto de la Mujer Mérida empezó a detectar un incremento del acoso callejero que sufren las féminas, informó la titular de la dependencia municipal, Fabiola Josefina García Magaña.
El acoso callejero son aquellas insinuaciones que una persona extraña hace a la mujer, definió. “En ocasiones se justifica por la forma en que una mujer está vestida o porque a altas horas de la noche camina, cuando es permisivo a todo ser humano caminar a la hora que desee en todas las calles de la ciudad o comisarías.
Imagínate, en el centro de la ciudad a las 2 de la mañana, vas a tener un evento incómodo como un piropo mal intencionado. No sólo es en la madrugada. Incluso mujeres que transitan por San Cristóbal han recibido el chiflido o les dijeron ¡Ay mamacita!, los motociclistas se acercan o los señores que están en el parque”, ejemplificó.
El piropo, precisó, no es lo malo, se puede decir en una relación donde hay consentimiento cuando se conoce a la persona. “El problema es cuando un extraño quiere decir expresiones soeces o hace alusión alguna parte del cuerpo o la quiere tocar”.
El acoso callejero es un tipo de violencia que se ha presentado en la calle. Fabiola García insistió que el piropo no es malo sino la forma, que resulta “ser una invasión a la persona”. Los agresores callejeros al ser unos desconocidos, no son denunciados.
Recordó que en la Policía Municipal de Mérida (PMM) está la Unidad de Atención a la Violencia de Género y Familiar, a cargo de la policía Irma Mexicano.
Texto y Fotografía: Irbin Flores Palomino